sábado, 13 de marzo de 2010

* * ÉTICA PITAGÓRICA E HIPOCRÁTICA

I
El ritual pitagórico

La examinación es particular de la persona acostumbrada a la sensualidad analítica y sintética, es decir, al disfrute de la pausada comprensión de sus partes, tanto cómo fluyen y cómo permanecen. Esta examinación, profundamente paciente, es algo que acostumbraban, o buscaban mantener los pitagóricos como rutina diaria de estricto ejercicio y orden ético, basándose en categorías duales universales como es el Bien y el Mal, y así, desde una revisión estricta de la conducta diaria un pitagórico podría comprender y saber su eterna Unidad prolongada y su constante reencarnación y/o relación numérica entre el conjunto de seres que lo rodean. Ahora bien, cuando la ética es fundamentada desde una concepción altamente mágica o religiosa, ritualística propiamente hablando, es posible que se visualice una marcada tendencia a su trascendencia y compromiso que a su fraude, pues cuando es arraigada la liturgia de actos, desde la niñez en adelante, se logra en mayor porcentaje el condicionamiento de temor y miedo que el de la indiferencia, por tanto, contamos relativamente con un sujeto que podría morir por una examinada fe y compromiso que mantener su existencia en fraude, en consecuencia, ¿cómo podríamos inventar, actualmente, una pedagogía así?, ¿cómo podríamos enseñar y a aprender a morir por fe por nosotros mismos?, ¿cómo podríamos comprender una ética, una muerte así?

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