sábado, 13 de marzo de 2010

II
La patología de la certidumbre

Foucault establece la diagnosis como el método más idóneo para el despeje o determinación de la enfermedad, identificando a ésta, didácticamente, con el ruido, por tanto el médico buscará, a través de la diagnosis, la más garante interpretación del mensaje, su codificación y su actualidad, y al mismo tiempo la más articulada diferenciación de ruidos que estén perturbando dicho mensaje, o en terminología postmoderna ocultando en el discurso, esto para lograr finalmente su posible curación o sanación, o su continuidad positiva, tal como reza un aforismo de Hipócrates: La Medicina es el arte de curar las enfermedades por sus contrarios. El arte de curar, el de seguir el camino por el cual cura espontáneamente la Naturaleza. No obstante, desde la filosofía y la ciencia moderna (Descartes- Newton) se han establecido fundamentos y aspiraciones, en sí, un juego ético y moral del filósofo y científico al eros de la totalidad, de lo universal, de lo absoluto, esto como consumación del dominio y orden intelectual- discursivo del ser humano sobre el cosmos, sobre el común a todos. Esta certidumbre, por tanto, creo que deviene como una patología, una enfermedad gnoseológica (Heráclito) y que no tendrá jamás cura, sólo la diagnosis nos permitirá siempre actualizarnos, consultarnos y mantener el juego dual de lo determinado y la indeterminación, esto ahora como evolución enfermiza de la anterior patología moderna.

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